El proyecto sentido son las programaciones que configuran nuestra identidad como respuesta a las vivencias, expectativas y conflictos vividos por nuestros padres en el período comprendido entre 9 meses antes de la concepción y 9 meses posteriores al nacimiento.

Esta configuración influye en nuestra forma de ver el mundo, nuestro desarrollo y las patologías que presentamos. Al darnos cuenta de este funcionamiento, podemos tomar una referencia más allá de las programaciones habilitandonos la observación de su funcionamiento.

No se requiere ir al pasado (y tampoco es posible) para salir del dolor sino actualizar nuestra percepción en el presente. La clave no son las programaciones en sí mismas sino desde donde las abordamos.